La decoloración es uno de los procesos químicos más agresivos a los que puede someterse el cabello. ¿Por qué? Porque el agua oxigenada utilizada en la decoloración es capaz de eliminar el pigmento de la hebra y modificar la cutícula del pelo, lo cual lo debilita, reseca y hace que pierda su proteína y brillo natural.
Hidratar tu cabello todas las semanas debe convertirse en un mandamiento para cuidar el cabello decolorado. Compra un baño de crema que sea rico en proteínas y vitamina B5, aplícalo dos veces a la semana y déjalo reposar durante 20 minutos. Esto permitirá que tu cabello recupere el agua perdida por la acción del químico.
Evita el contacto del cabello con el calor. Disminuye la frecuencia con que secas o planchas tu cabello para evitar que el calor que emanan ambos productos penetre en la cutícula del pelo y termine de dañar su composición, ocasionando las temidas puntas abiertas.
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